El funcionamiento del sistema democrático español hizo que aunque el derechista Alberto Núñez Feijóo logró imponerse, no le asistirá el derecho a gobernar por cuanto todo dependerá de pactos electorales. O se forma un nuevo gobierno, o deberá irse a nuevos comicios, si se mantiene el actual bloqueo por las mayorías parlamentarias.
El líder del conservador Partido Popular (PP) Alberto Núñez Feijóo logró la victoria en las elecciones generales, pero al no alcanzar la mayoría asboluta, no puede formar gobierno ni siquiera aliándose con la ultraderecha de Vox, mientras los socialistas de Pedro Sánchez (PSOE) podrían seguir gobernando en coalición. De lo contrario España caería en un escenario de bloqueo y deberá llamar a nuevas elecciones.
Faltando escrutar votos observados que no cambiarán la ecuación, el PP ha obtenido 136 diputados con el 32,77% de los votos, mientras el PSOE conquistó 122 escaños en el Congreso con el 31,86%.
De esta manera, Feijóo no alcanza la mayoría absoluta de 176 diputados, aún cuando sume los 33 que logró el partido de la ultraderecha Vox y los escaños logrados con esta última alternativa llegaría sólo a 169.
El Partido Socialista en cambio, que perdió, tendría opciones de forjar una nueva coalición progresista para mantenerse otra legislatura al frente del gobierno. Pedro Sánchez que contaría con el apoyo de los 31 diputados de la coalición progresista Sumar, debería buscar otros apoyos de partidos menores para lograr ser investido Presidente.
El resultado del escrutinio oficial contrastó con las encuestas pre-electorales, que le otorgaban una aplastante victoria al Partido Popular de Feijóo y anuló la posibilidad de que llegara al poder de la mano de Vox, lo que habría dado paso a un gobierno de formación de ultraderecha, por primera vez desde la dictadura de Francisco Franco, que finalizó en la década de 1970.
En cambio Sánchez con un historial de victorias electorales, con pronósticos adversos, podría sumar una más a su cuenta.